El acceso a la universidad refleja, en parte, junto a las opciones personales y vocacionales de los alumnos y a las estrategias familiares refleja el poder adquisitivo de la persona que pretende estudiar.
El acceso a la universidad no se caracteriza por la igualdad de oportunidades en cuanto a acceso, que aunque en teoría todo el mundo tiene las mismas oportunidades, el poder adquisitivo es un factor determinante a la hora de estudiar.
Podemos decir que en los países desarrollados el acceso a la universidad no es tan preocupante como en los países subdesarrollados donde la sociedad que vive en estos países es pobre y con pocas esperanzas de poder llegar a la universidad y estudiar aquello que quieren.
La disparidad económica y social, además de condicionar el ingreso a dicho nivel educativo, también contribuye a reproducir
“las divisiones sociales”mediante el
“acceso selectivo”a las instituciones, según el origen socioeconómico de los alumnos. Entonces lo que esto provoca que las desigualdades se hagan mucho más notables y agudas.
Todo esto sumado a a la baja calidad de la educación y la falta de oportunidades de empleo, agudizan la pobreza y alimentan la migración de la población joven fuera de sus comunidades, señala el estudio.
Bajo mi punto de vista el poder central debería de combatir esto y que todo el mundo tenga las mismas posibilidades para estudiar y podamos conseguir que aumente el numero de matriculas y se cree un país sabio y educado y con esto podamos combatir y reducir muchas de las desigualdades existentes.
Aida Bermudez Dealbert
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